A afternoon between sisters { Mackenzie }

Las clases por la mañana habían sido muy fáciles y entretenidas, pero lo peor del día aun no llegaba. Luego de mi penúltima clase me dirigí al salón donde nos encontrábamos con el señor Foster, ese aburrido y viejo profesor con aquel bigote grande y que lo hacia lucir como un vagabundo sin hogar, ¿ Acaso el dinero que ganaba dando clases no le permitía ir a un barbero a que extinguiera aquel horrible bigote?. Para mi sorpresa la clase fue dinámica y paso muy rápido, sin que se diera cuenta aquel profesor entre clase procure tomar mi móvil y enviarle un texto a mi pequeña hermana para que nos hiciéramos un tiempo y saliéremos para disfrutar una tarde de hermanas, pese a vivir en el mismo hogar ambas teníamos vidas completamente diferente en todo sentido. Después de que la hora de clase habia terminado tome mis cosas y camine por los pasillos sin tomar la mínima atención a esos ojos que se posaban en mi a cada paso que daba, yo tenia mala fama dentro de ahi, tenia a varias personas que me odiaban por mi [encantadora[/i] forma de ser y la verdad es que me importaba poco, amaba que me odiaran por que mas que odio, era temor, temor a enfrentarse conmigo, si miraba a las personas estas rápidamente quitaban su mirada de mi tratando de huir lo mas rápido.

Después de salir de la facultad fui por las calles caminando mientras tomaba mi móvil y le enviaba un texto a Micky diciendole que la esperaba en la esquina de siempre, en el corazón de Paris, un lugar para que camináramos y disfrutáramos de esta hermosa ciudad en la cual vivíamos, quizás nos detendríamos a tomar un café.
Al cabo de unos quince minutos caminando por las calles de Paris llegue a la esquina, pude distinguir de espalda a mi a Mackenzie, camine sigilosamente aligerando el paso para evitar que el sonido de los tacones la sorprendieran antes de tiempo y me puse detrás de ella, intente que mi respiración fuera mas calmada y agache un poco mi cuerpo ya que era mas grande que ella, me acerque a su oído y sonreí, claramente ella no me vería.

- Te extrañe Micky- Susurre en su oído para darle un abrazo de espalda y depositar un beso sobre su mejilla, luego la solte y me puse a su lado para sonreirle ampliamente mostrando mi perfecta dentadura - Si me dices que no me extrañaste me retirare de inmediatamente-

Amenace sonriendo maliciosamente, sabía que no lo diría por que nuestra relación era perfecta pese a que nunca habíamos tenido los mismos gustos. A veces hasta a mi me sorprendía lo calida y humana que me comportaba con ella, siempre tenia la necesidad de protegerla del resto del mundo.

Suspiré, como si suspirar cada dos por tres haría que la fatídica clase simplemente acabara en simple abrir y cerrar de ojos. Sí fuera así, el día se abría acabado y yo no tendría que suspirar tanto. Era esa típica clase optativa que disfrazaban bajo el argumento de ser parte de tu malla curricular , pero que era algo completamente alejado de lo que buscabas estudiar. Y ahora estaba encerrada por medio semestre más en esta clase cuyo nombre rezaba "Teoría del diseño" , sin embargo era nada más que discutir mil y un ideas sobre como hacer una buena conexión eléctrica. El profesor no estaba nada de mal, pero luego de habérmelo encontrado junto a otro chico en una de las tantas fiestas de sociedad que la familia auspiciaba, todo su encantó se había ido. No tenía nada contra las personas con una sexualidad más ... abierta; al contrario les apoyaba pero si el otro chico no era ni más ni menos que un chico vestido de mujer, las cosas cambiaban. Bastante.

Suspiré por vigésima vez, aún esperando que las manecillas del reloj comenzarán a avanzar de forma más rápida pero aún logrando nada; comencé a escribir en mi cuaderno los votos que usaría cuando finalmente terminara mi carrera y decidiéramos la fecha de nuestra boda. Nadie tenía la menor idea de nuestros planes, y el hermoso anillo que me había regalado en señal de nuestro compromiso se encontraba bajo la caja fuerte que tenía escondida entre las paredes de mi habitación. No deseaba que se volvieran locos por un acontecimiento que sólo ocurrirían en un par de años, si es que podíamos con las ganas de seguir aguantando esta estúpida mafia. Tomé mi teléfono, ese Blackberry color negro que había comprado luego que mi Iphone muriera al caer a la piscina hace dos meses atrás; y simplemente me dediqué a navegar por la web. Le dejé un mensaje en facebook a Lucas y luego simplemente comencé a leer cada tontera que se me pasara por delante. El profesor no me diría nada realmente, ya que luego que se diera por enterado que yo sabía exactamente como eran sus gustos; prácticamente este me comenzó a ignorar. Mi celular vibró y me sorprendí al ver el mensaje de mi hermana. Aunque vivíamos en la misma y estudiábamos en la misma facultad, raramente nos veíamos y podíamos conversar como debía, con solo decir que ella aún no sabía de mi compromiso.


Sonreí, me saltaría mi última clase que era computación para juntarme con ella, necesitaba contarle lo que había pasado; y ella era la única persona en la que realmente podía confiar. Decir que grité cuando sonó la campana sería una mentira, más que gritar chillé y tomé mis cosas, y corrí lo más rápido que mis tacones de diez centímetros me lo permitían. Sólo esperaba no quebrarme un pie en el camino. Caminé hasta donde siempre nos encontrábamos y no pude evitar soltar un bufido de exasperación, ella aún no había llegado. No pude evitar asustarme cuando escuché una respiración en mi nuca, y que alguien me abrazaba; pero luego el ser habló y era ella , mi adorada hermana. Rodé mis ojos, y simplemente la abracé nuevamente cuando se puso a mi lado.

"Pues no lo sé, entre Lucas y la universidad no me había dado cuenta de tu ausencia" dije sólo para molestarla, y ya quería imaginar su expresión cuando finalmente le dijera que me casaría con Lucas y que deseaba que ella fuera mi madrina y mi dama de honor. "No seas tonta, eso no se pregunta" le dije al rato, sabiendo que descargaría su furia conmigo, y no deseaba enojarla. Al menos, no aún.

A lo mejor si me hubiera dado el tiempo de esperar por un taxi en vez de caminar hubiera llegado puntual, caminar me habia tomado mas del tiempo estimado, pero Micky sabía que odiaba sentarme en esos asientos traseros de esos automóviles uno nunca sabia quien se habia sentado antes ahí y yo solo tomaba taxi cuando verdaderamente lo ameritaba la situación. Aun así me sentía mal por llegar tarde, yo tenía fama de tener una personalidad terrible y muy egocéntrica, pero me gustaba que fueran puntual y yo era así, a pesar de intentar llegar a la hora me habia retrasado unos minutos.
Cuando divise a mi pequeña apareció una sonrisa al instante, extrañaba mucho un tiempo a solas. Después de abrazarla escuche esas palabras saliendo de su boca, mis mejillas se habrían puestos calientes como el fuego y mi labio superior se hubiera levantado a un costado si esas palabras hubieran sido ciertas, no hubiera tenido que seguir hablando y hubiera partido del lugar, no sin antes de lanzarle esas miradas de hielo que me caracterizaban cuando andaba de mal humor. Pero lo remedio inmediatamente, sabia que no me gustaban los juegos, a menos que yo fuera la que empezara, y con mi humor no se podía jugar.

- La próxima vez que digas eso olvidare que eres mi hermana - Pronuncie modulando muy bien, asome detrás de esas palabras una sonrisa de lado, no quería parecer seria pero era algo que salia natural de mi, por eso entendía cuando mis compañeros se ponían tan nerviosos al hacerme preguntas y suspiraban con tranquilidad cuando respondía bien, simplemente otras veces los ignoraba - Lucas ya te tendrá por las noches, ademas yo soy mucho mas importante que el-

Para mi ese amor era tan solo pasajero, habían crecido juntos como mejores amigos y solo eso, Mackenzie tendría que vivir, tener mas experiencias y no encasillarse con un solo chico para el resto de su vida, era joven, guapa y una D’Ascolli, no podía pedir mas que eso, tenia un futuro asegurado. Tome su brazo entrelazandolo con el mio mientras empezaba a caminar a su lado, quedarse aquí quietas sin hacer nada no ayudaría.

- Sabes que repetidamente te he dicho que tienes que vivir, se un poco mas yo, y un poco menos tu por alguna vez- Ser mas yo era disfrutar, divertirse y sin preocupaciones, ir contra el mundo y decir si cuando todo el mundo espera un no. No sería malo si tan solo lo hiciera por una vez, solo una - Tienes al mundo a tus pies y lo estas desperdiciando por un amor de adolescentes, ¡vive!-

Hable calmadamente, no es que la quisiera obligar, solo quería que abriera los ojos que el amor no lo es todo.

Rodé los ojos sin poder evitarlo ante su comentario. Sabía cual era su postura hacia mi relación con Lucas y la ausencia de otros novios dentro de mi vida; sin embargo yo sabía que Lucas era la persona para mí, y eso no cambiaría nunca. Era una convencida de que el amor existía y me gustaría que mi hermana pudiera por fin darse cuenta de esto, seguramente cuando lo hiciera su personalidad cambiaría mucho. "En realidad de eso te tengo que hablar" murmuré mientras caminábamos por aquel distrito como si de las reinas del lugar se tratara. ¿Como le explicaba que me casaría con el chico al que amaba y había sido mi mejor amigo? ¿Cómo le explicaba eso a una persona con la mentalidad de mi hermana? Pues , sería muy díficil.

Sabía que tenía que ir despacio, primero tantear el ambiente y como andaba su humor. Si bien, Coraline era la mayor parte del tiempo una perra con el mundo yo conocía exactamente su personalidad original y sabía que si no se le provocaba podía llegar a ser tan dulce y buena como la esposa de Santa; pero sabía que este no sería el caso. Debido a su extraña obsesión a la vida de soltera, al carpe diem ella no aceptaba que yo , su hermana menor , tuviera un novio con el cual llevaba años y años; y que fuéramos una pareja estable en la cual las discusiones no eran tema entre nosotros y que realmente nos planteábamos un futuro juntos. No entendí mi decisión, así como yo no entendía la suya. Nuestras personalidades eran tan distintas como parecidas, y eso nos hacía las mejores hermanas/amigas que existían. "Sé que dices que debo vivir un poco más y enrollarme con un millar de chicos, pero simplemente no me creo capaz de hacer eso y pretender que Lucas no existe" le dije sinceramente; no podía olvidar al único amor que había tenido y que tendría. Sé que la experiencia que tenía era prácticamente nula, sin embargo realmente no deseaba nada más que él. Era mi mejor amigo, el amor de mi vida, mi confidente mi todo; y nada podría cambiarlo. A menos que el cambiara de opinión sobre mí. "Entiendeme, como yo te entiendo a tí. Lo amo, y no puedo siquiera imaginar salir con otro chico cuando tengo uno al lado que es mejor que todos los chicos del mundo. Y me hace feliz , ¿acaso eso no es suficiente para ti hermana?" le pregunté haciendo un leve puchero. Sabía que aunque ella deseara lo mejor para mí, el grito en el cielo lo podría de igual forma cuando supiera que me casaría en poco menos de dos años y que no había vuelta atrás.

Conocía a mi hermana desde siempre, nadie en el mundo la conocía mas que yo y de eso estaba segura, así que no pude evitar sorprenderme en el modo que anunciaba esas palabras de que quería hablar algo, aun tenía la muy vaga esperanza de que ella podría recapacitar, dejar a su novio y vivir todas las experiencias que habia reprimido hasta ahora por su muy duradero noviazgo. Sabía que pensábamos y actuábamos diferente, yo no podría haber soportado largos años con un solo chico, tan comprometida como la veía a ella y podía ver que con los años ese amor se intensificaba mal, Lucas nunca habia dañado a mi hermana y eso lo valoraba, no era mal chico pero estaba opacando a mi hermana.

Seguí caminando a su lado mientras ponía toda mi atención a sus palabras, asentía cada vez que ella volvía a darme ese discurso de que sin el no podía vivir, siempre terminábamos mostrando nuestros puntos de vista, la próxima vez la llevaría delante de un juez para mostrar nuestros argumentos y ver quien ganaba este extenso debate que llevábamos años discutiendo. Negué con la cabeza, definitivamente no podía creer que eramos hermanas, si no hubiéramos tenido los mismos padres y solo fuésemos unas totales desconocidas jamas hubiéramos estado en un mismo mundo. Yo podía ser tolerable cuando me lo proponía, pero eso del amor verdadero cuando aun no has experimentado mas que ese no lo creía posible, ella nunca habia estado con otro chico como para comparar a Lucas, nunca se habia dado la oportunidad de compartir su vida con alguien mas que no fuera el, no es que la quisiera como loca saltando de cama en cama, solo que viera que su mundo no solo era Lucas, existían muchas mas posibilidades aquí y ella se estaba cegando por una relación, solo una, eso me incomodaba.

-Micky sabes que adoro tu relación, adoro que Lucas te haga feliz y todo ese aburrido y tonto tema del amor- Alardee sin interés alguno de hablar del amor, yo no era la indicada en hablar de el - Pero te cierras a la posibilidad de decir que tuviste opción, Lucas es tu única opción y debes saber que existen múltiples opciones, quizás algunas malas y otras buenas, incluso mejores, pero si no fracasas no crecerás-

Murmure ahora mas seria mientras nos deteníamos por que estábamos frente a un semáforo, mire a nuestro alrededor y pude comprender que casi por inercia nos dirigíamos al café de siempre que solo estaba a unos minutos caminando, siempre terminábamos en el mismo lugar. Me pregunto con esa cara que nadie de podría resistir, pero yo no era nadie.

-Sinceramente para mi no lo es, el amor es solo un complemento mas en la vida, la vida trata de experiencias si no las vives abras pasado por este mundo como un don nadie- Respondí bastante honesta, no tenia trucos bajo la manga solo estaba dando mi punto de vista - Pasaras la vida como aquel hombre, el no es nadie, nunca tendrá la opción de elegir o cambiar su vida-

Indique al hombre que pasaba en su bicicleta con un centenar de cartas en la canaste que llevaba, un simple cartero que debería vivir con lo poco y nada que ganaría con ese dinero.

Sabía que no sacaría nada hablando con mi hermana de esta, sabía que tan sólo debía decirle lo que pasaba. Pondría el grito en el cielo, pero ella tendría que entender. Ya no había vuelta atrás , ni tampoco deseaba arrepentirme o terminar con estos planes. Desde pequeña, desde que me enamoré de Lucas supe que quería esto con él, forma un familia y ser felices. Tal vez las cosas serían dificiles para nosotros al comienzo pero las cosas mejorarían, y nos tendríamos el uno al otro. Y eso era lo que realmente importaba. No deseaba más que eso, y Coraline finalmente tendría que aceptarlo, aun cuando a ella no le gustara ni le pareciera. Escuché su discurso con atención, no la interrumpí y casi creo que poco de lo que dije retení en mi cerebro; simplemente pensaba en como decir a mi hermana mayor, una de las mayores opositoras a este tipo de cosas, a las relaciones, matrimonios, etc; que su hermana menor. Su consentida, estaba a dos años de casarse con él uno chico de su vida. El novio de toda la vida, el mejor amigo desde la infancia. Miré al cartero en su bicicleta, y me pregunté si él tendría a alguien que le dijera cuanto le quería en casa. Si tenía hijos, tal vez nietos. Quien sabe, pero el no era cartero por ser cartero. Algo tuvo que haber pasado entre medio. Suspiré, sabiendo que el silencio que había dejado el discurso de Coraline, me estaba dando la señal para decir finalmente lo que pasaría. La luz del semaforo dio verde y cruzamos, y caminamos a esa cafetería que era casi como nuestro lugar de encuentro. En el cual hasta nuestros nombres se sabían, por la regularidad con la que veníamos. Me decidí que una vez dentro de esta le diría, dudaba que Coraline quisiera hacer un escándalo en aquel lugar por lo que no había mucho que temer, creo. Entramos, y el olor a café nos golpeo de lleno en el rostro, deleitandonos. Nos sentamos en nuestra mesa de siempre, y sin tener que ordenar el chico que siempre nos atendía nos traía nuestros pedidos. Sólo expresso para mí. Nos quedamos en silencio durante unos segundos, degustando nuestros alimentos cuando decidí que era hora de simplemente soltar la bomba. Tomé una inspiración grande y me preparé para hablar. "Verás Cora, debo ser sincera contigo. A pesar de que tal vez tengas razón sobre el vivir más y conocer a más personas; debo contarte la verdad" dije, mis manos sudaban de forma escándalosa y mi pierna derecha se movía de forma compulsiva. "Lucas me pidió matrimonio. Y le he dicho que sí" susurré sin querer mirarla. No quería ver su rostro, no quería notar el enfado en sus facciones.

Después de mi discurso solo pude disfrutar de un largo silencio, a lo mejor mis palabras habían llegado a ella, o para mi mala fortuna solo le estaba haciendo oído sordo y estaba buscando las palabras correctas para contraatacarme con sus mil y una forma de responder al amor que le tenia a su Lucas. Me acomode el cabello cuando note que miraba al cartero, mi cabeza giro para mirar al frente no iba a desperdiciar segundos el ver como el hombre hacia un trabajo mal pagado, ¿Tanto sacrificio para un misero sueldo? Ni loca me partía la espalda trabajando solo para que me alcanzara para lo básico, ese estilo de vida nunca iría conmigo en lo absoluto. Al minuto el semáforo cambio de color y pudimos cruzar la calle en dirección a nuestra cafetería favorita del sector, deje que el silencio reinara en la situación, dejaría que Micky pensara con claridad.
Ya habíamos llegado a la entrada del café, inmediatamente cuando entramos el olor a el exquisito café se fue a mis narices lo que me hizo sonreír por inercia, amaba los cafés de aca, ambas nos dirigimos a la mesa que comúnmente nos sentábamos cerca de la ventana del lugar donde podíamos apreciar a los transeúntes y yo los podía juzgar mentalmente, a veces lo hacia en voz alta pero no me gustaba discutir con mi hermana respecto a nuestros diferentes puntos de vista. No fue necesario que pidiéramos nuestra orden y el chico de siempre ya venia con ambos cafés para las hermanas D’Ascolli, un expreso para mi hermana y un capuccino con dos de azúcar para mi. Tome mi café y coloque ambas manos en su envase para calentarlas, el frío de la ciudad las habia congelado. Mire de reojo a mi hermana mientras me agachaba para beber un poco de mi café y ella empezó a hablar, levante mi tronco y me le quede mirando atenta a cada palabra de ella, para mi era importante que cuando uno hablaba el otro estuviera concentrado en tus palabras. Sus palabras me confundían, al fin estaba a punto de decir algo importante, asentí cuando dijo que tenia razón, la verdad es que yo estaba cien por ciento de acuerdo en eso, mis fundamentos eran mucho mas fuerte que la idea de que el amor mueve al mundo, dinero, poder y el atractivo físico eran lo mas importante en esta época.

Lo que decía Mackenzie me dejo boquiabierta, me negaba a creer que su novio no habia pensando en las consecuencias, eran jóvenes y podían seguir siendo novios mucho tiempo pero el compromiso era otra cosa, pero lo que mas me molestaba era que ella habia aceptado sin siquiera haberlo hablado conmigo, esas cosas no se tomaban a la ligera, no siendo mi hermana. Sentí como mi rostro empezaba a arder, fruncí el ceño y estire una mano para tomar el mentón de mi hermana, ni siquiera tenia la valentía de mirarme a los ojos.

- Tu estas loca, ¿Te has puesto a pensar lo que dirá papá?- Pregunte, ella era su consentida y apenas estaba viviendo - Una cosa es que sean novios, y la otra que ya empiecen a formar familia-

Pronuncie con desagrado, pero aun me mantenía calmada, no haría un espectáculo aquí, no delante de gente desconocida.

Sabía que ella reaccionaría así, eso era lo que más había temido. Esa reacción casi agresiva que tenía cuando no podía hacer un escándalo, como ahora. Que todo el mundo nos miraba debido al exabrupto de mi hermana mayor. Tirité de miedo, miedo a la incertidumbre. Miedo a que ella le contara a nuestros padres y me alejaran de Lucas. Si eso pasaba yo moría. Nadie era capaz de entender que Lucas era todo para mí, que sin él me sentía vacía, nada. Y que lo necesitaba en mi vida. Me asusté a un más cuando levantó mi mentón para que la mirara, y lo hice. La miré pero mis ojos se desviaron al ver tanta desilusión en sus ojos. La decisión ya estaba tomada, nada lo cambiaría. Sólo Lucas podía cambiar esa decisión, y esperaba que jamás lo hiciera. "Será en un par de año, cuando yo termine la carrera y él ya esté asentado" susurré, intentando que de esa forma Cora se relajara y abandonara esa postura que tenía, casi como la de un puma antes de saltar ante su presa. En este caso ella era el puma, y yo la presa. Suspiré, tal vez haberle dicho no había sido la mejor opción. Tal vez, si quiera había sido la mejor idea; simplemente debí callar y esperar hasta que terminara la carrera, casarme en secreto y dejar una carta de despedida. Pero no, por amor a mi padre debía ser valiente, y contar la verdad. "Claro que estoy pensando en papá. Sabes cuantas veces he considerado casarme en secreto y marcharme sin decir nada, sólo para evitar esto" le dije indicandola a ella y a mí. "Claro que estoy pensando en papá , Coraline." mi voz me traicionó. No debía soltar esas tontas lágrimas que caían cada vez que me sentía agredida o herida; no frente a una mujer que tenía casi un corazón de piedra. Aunque esta fuera mi hermana. Tomé su mano y la alejé de mi mentón, tomé mi expresso y bebí un sorbo de él, pensando en que hacer. "Te conté porque eres mi mejor amiga. Más que mi hermana, eres mi mejor amiga. Sabía que tu reacción sería mala, pero no así. Mejor no hubiera dicho nada" le dije antes de dejar mi taza de expresso y levantarme.

Pagué rápidamente por los dos cafés y salí del lugar; poco importando si Coraline me seguía o no.

Muchas pocas veces se me escapa la razón, a eso me refiero a actuar antes de razonar, pude ver ese miedo en sus ojos, ese miedo que habia visto cuando Micky era pequeña y temía a la oscuridad o quedarse sola y yo me quedaba hasta que dormía, asegurandome que nada le pasara. Hasta ahí me di cuenta que no habia sido una buena reacción, pero mi hermana sabía lo que yo opinaba respecto al tema de ese “amor por siempre” a esta edad me negaba a la posibilidad de que dos personas se comprometieran, ellos mismos nunca habían probado salir con nadie mas que no fueran ellos mismos, cosas tan frágiles como su amor puede ser la causa de que una sola simple pelea fuerte pueda destruirlo. Aun así me mantuve sujetando su mentón esperando a que me respondiera mirandome, así comprobaría cuan loca estaba esta chica. Que ella desviara su mirada solo me hizo pensar en una simple palabra, Cobarde, si apenas podía mirarme ¿Como tendría la valentía de hacerlo frente a papá?

- Creo que todas las palabras que alguna vez te dije solo se las llevo el viento- Afirme con desilusión, y yo que pensaba que alguna vez ella abriría los ojos de ese cuentos de hadas que ella tenía, debía darse cuenta la realidad del mundo, los amores nunca duran para siempre al igual que la belleza, solo nos quedara el dinero si sabes mantenerlo - Sabes que no me importa cuando y donde sea, lo que me importa es como te tomas las cosas tan a la ligera-

Mencione, yo podía creer que su amor fuera real, pero aun eran jóvenes que no sabían nada de relaciones, solo habían estado en una, la de ellos.
Negué cuando dijo que pensaba en papà, a veces me preguntaba si mis dos hermanos verdaderamente pensaban en el, yo lo hacia al principio pero nunca nada funciono, hacer las cosas bien no eran suficiente de mi parte yo nunca seria comparado con ellos, pero ellos podían hacerlo feliz y simplemente arruinaban todo. Micky saco mi mano de su cara y yo la deje reposando sobre la mesa intentando comprenderla pero me era imposible, aunque su voz se quebrara no bajaría la guardia yo era así, aunque fuera una total perra a veces sabia que mi razonamiento era mejor que el de ella, yo no pensaba con el corazón como los débiles, siempre la mejor arma era la cabeza y eso hacia yo.
Sus palabras hubieran llegado hasta el núcleo a cualquiera persona, pero yo no era así no me dejaba manipular por simples palabras, la mire tomarse su café mientras decía las ultimas frases, agradecía que lo hubiera hecho, que hubiera confiado en mi pero ella sabía como era yo. La mire levantarse de su asiento pagando los cafés y saliendo del lugar. La mire salir por la puerta y tranquilamente me pare del lugar para salir detrás de ella, no corriendo pero si acelerando el paso para llegar a su lugar caminando a su lado

- Si esperabas que te felicitara es por que no me conoces- Murmure mirando al frente aun a su lado - Se que lo amas, y el a ti lo acepto, acepto que se casen... pero de veras saber que aun queda tiempo para decirte mis mil y un argumento contra todo esto, queda mucho tiempo-

Afirme dedicandole una sonrisa de lado, quizás no era la yo normal pero odiaba verla así de triste, yo era su mejor amiga al final de todo, unas palabras así le vendrían bien, aunque fueran de esa manera peculiar mí.

Negué enojada. Más que enojada, estaba dolida. Se suponía que ella era mi mejor amiga, mi hermana. Debía apoyarme pasara lo que pasara; pero en realidad actuaba tal y como esperaría de alguien que no me conoce. ¿Tomarme las cosas a la ligera? Por favor, como si no pasara noches enteras pensando en la reacción de los demás. Como si no tuviera pesadillas de ella gritandome por mi decisión. Sabía que papá pondría el grito en el cielo cuando le dijera, pero era el hijo de su mejor amigo. No era un chico cualquiera, no; era alguien que era practicamente parte de la familia. Paré de caminar y la miré, con el rostro serio."Me equivoqué" reconocí, suspirando y negando suavemente. Solté una risa amarga, cortante. "Y pensar que quería que fueras mi madrina. Que estuvieras a mi lado, como siempre. Que tonta fui" murmuré. Esto no podría ser borrado con sus palabras ni sus sonrisas amigables."Esta vez tus sonrisas dulces no servirán conmigo. Esta vez si las has cagado Coraline. Sólo pedí tu apoyo, no tu comprensión. Sé que no te gusta lo que tengo con Lucas, y acepté e ignoré aquello pero no puedo más. Eres mi hermana y mi mejor amiga, se supone que deberías apoyarme en las buenas y en las malas. Como yo te apoyo a tí. ¿Crees que me gusta lo que pasa entre Pascquala y tu? ¡No me gusta! pero te apoyo porque eres mi hermana, y te adoro. Si te cuento estas cosas es porque confío en tí y espero que me apoyes te guste o no. Pero sabes qué, veo que no es así" terminé mi discurso y seguí caminando, dejándola ahí. Lentamente unas pequeñas lágrimas salieron de mis ojos, y las borré rapidamente. Mis zapatos sonaban con cada paso que daba, y rapidamente saqué de mi bolso un cigarrillo. Lo prendí con manos temblorosas, teniendo que parar a mitad de camino. Mis piernas sedieron y me puse en cunclillas, solté el bolso y sollocé suavemente. Sabía que estaba haciendo un show en plena calle, pero me sentía terriblemente herida. Solo deseaba llegar a casa y lanzarme a llorar. Me levanté como pude y seguí andando, a pasos pequeños y todavía intentando encender el maldito cigarro.

Me quede boquiabierta al ver como volvía a reaccionar con mis palabras, creo que en mi persona habían desactivado esa palabra que se llamaba “sentimiento” o estaba muy oculto que casi nunca en mi vida lo mostraba, el simple hecho de que mi propio padre me aislara de mis hermanos hizo que creciera protegiendome de casa cosa, siempre cuidando y procurando que nadie llegara lo suficientemente cerca de mí corazón. Me detuve en el momento en que ella lo hizo esperando alguna que otra respuesta pero sus ojos emanaban dolor y tristeza, me quede expectante escuchandola, mi mano se movió hasta mi boca para cubrirla cuando escuche que ella quería que yo fuera su madrina, quería decir que si por que me gustaría participar en ese momento importante para ella, pero no era hipócrita y no quería esto para ella, no tan pronto. Negué con la cabeza cuando dijo lo de tonta, no lo era.

- Lo siento, no soy así no me veras sonreír por algo que creo que estas tomando muy precipitado. Lucas es increíble para ti pero yo los veo y no lo creo, no me he enamorado y no se pensar con el corazón- Pronuncie queriendo calmar el dolor pero las palabras no eran las correctas lo sabia, pero yo solo era una persona que vivía así, no me importaba los demás - Me duele oirte decir eso, quizás necesite tiempo para comprender y temo, temo que algún día despiertes de tu encantador sueño y duela, no me gustaría verte herida-


Al parecer no habia escuchado todo lo que ella decía, aun quedaba mucho mas, ni el mejor chiste del mundo podría hacerme reír, ni el mejor humorista y mucho menos la mejor comedia. Yo la apoyaría en todo lo que quisiese pero no lo quería, a lo mejor era miedo, miedo a que me quitaran a mi Micky, me quede seria escuchando sus palabras yo habia hecho que la peor parte de mi hermana saliera a la luz, por eso temía a dejar entrar a alguien a mi vida por que eran las únicas personas capaz de dañarme de verdad.
Lo peor no habían sido sus palabras, si no el hecho de que sacara el tema de yo y Pascquala, eso era enfermante y lo sabía, yo le habia contado por que Micky nos habia pillado en un acto comprometedor, sentí como mi cabeza ardía cuando dijo que no le gustaba. Me tomo unos segundos en darme cuenta que ella habia emprendido camino, apenas podía distinguir su silueta entre la gente pero habia dado con mi punto débil que se hablara de esa tema. Despeje mi cabello de la cara y casi corrí tras sus pasos, parecía una verdadera loca y la gente me miraba pero no me importaba, aunque después de correr con tacones altos tuviera gran dolor en mis pies de lejos pude ver como ella se levantaba, seguí corriendo un poco mas hasta que di con Mackenzie, la tome del brazo obligandola a girarse con algo de fuerza para después soltarla, pude ver sus mejillas húmedas y enrojecidas por que acababa de limpiar el rastro de sus lagrimas.

- Lo siento, soy una verdadera perra cuando lo quiero ser, me he pasado todo el tiempo diciendote que debes vivir, pero nunca me he dado el tiempo de ver que tu manera de vivir es completamente perfecta, si vas a necesitar a alguien para que afirme a papá después de que le cuentes ahí estaré- Murmura muy bajo, mi deber como hermana mayor era protegerla y lo habia rompido, yo la habia dañado y mucho con mis tontos ideales - Y gracias, gracias por no decirle al mundo lo enferma que soy por lo mio con Pas -

Lo ultimo casi era inaudible, pocas veces hablaba de eso. La mire y quite el cigarro de eu mano para darle una larga calada, lo necesitaba mas que ella, habia aceptado en voz alta lo loco y poco normal que era lo mio con mi prima.