Pesadillas y tormentas ~ Lucas. {+18}

Estaba sola en un pasillo enorme, caminaba pero parecía no avanzar nada. Estaba todo oscuro y la única luz visible era una luz que provenía desde una puerta al final del pasillo. Miré hacia atrás y solo había oscuridad. No sabía cuanto tiempo llevaba caminando, pero mis piernas se sentían cansadas y mi corazón latía extremadamente rápido. Me detuve por unos segundos y descansé, pero este se vio interrumpido por el sonido de unas pisadas que se acercaban a mí. Intenté preguntar quien andaba por ahí, pero no salía sonido de mi boca. Comencé a sentir como me ahogaba y lágrimas comenzaron a correr por mis ojos. Sentí como alguien me tomaba de un brazo y me llevaba. Pataleaba pero no podía hacer nada, de pronto todo se volvió negro. Me desperté sobresaltada y con las mejillas mojadas por mis lágrimas y el sudor. Ese sueño se venía repitiendo desde hace unas semanas y no lograba descifrar lo que significaba. Me asustaba mucho, y cada noche temía ir a dormir por miedo a que el sueño volviera. Suspiré y lancé un grito cuando una luz se encendió afuera, me levanté y caminé hasta la ventana para mirar; afuera se había desatado una tormenta y el ruido que hacía el viento era aterrador.

Caminé hasta mi cama y me senté, sin saber que hacer o como dormir entre mis pesadillas y la tormenta. Tomé mi telefono y ví la hora, solté un suspiro al ver que sólo eran las tres de la madrugada. Sonreí levemente al ver la imagen de Lucas en mi fondo de pantalla y me debatí en si debía llamarlo o no. Suspiré y apreté el botón verde mientras me recostaba en mi cama. Esperé que contestara mientras escuchaba como afuera el viento y la lluvia empeoraba.

Después de un duro día en el gimnasio, en el que acabe con una pequeña brecha en la ceja porque me empeñé en echar un mini-combate con uno de los mejores boxeadores del gimnasio, que podría haber acabado peor... Llegué a casa y subí las escaleras, tibu como siempre estaba tras la puerta y no dudó en arrollarme con el fin de que notara su presencia, lo acaricie un poco pero apenas sin ganas y me fui directo a mi habitación, por suerte venía duchado del gimnasio así que lo único que hice fue quitarme la ropa y quedarme en calzones.

Miré el reloj y eran las 12 de la noche, normal que tuviera tanto sueño, últimamente no solía acostarme tarde y menos después de duros días de gimnasio, ya que últimamente me estaba machacando bastante para mejorar mi cuerpo y habilidades. Me dejé caer sobre la cama y al cabo de unos minutos quedé dormido con tibu en la parte baja de la cama.

Estaba emergido en un sueño profundo, soñaba con la luz del sol, una playa, yo y Mack solos, todo era... - ¡ Mierda ! -, grité, tan fuerte que tibu del susto dio un ladrido, pero lo calme mientras me calmaba a mi mismo. "Maldito móvil, ¿quien será a estas horas?" pensé, ya que por mala suerte o quizás buena, me lo había dejado encendido y encima al máximo, algo que no me pasaba desde hacia tiempo, así que lo cogí el móvil estirando la mano, y acercándomelo, hasta que vi que era Mack y me quedé sentado sobre la marcha, no acostumbraba a llamar... Eran las 3 de la madrugada, me preocupé, algo no debía ir bien y conteste.

- ¿Mack?, ¿Qué pasa?, ¿Estás bien? -

Le pregunté con un tono de preocupación mientras esperaba impaciente escucharle decir que todo iba bien.

Finalmente respondió y escuché como atropelladamente lanzaba una serie de preguntas. Suspiré y recompuse la voz antes de responderle. " Estoy bien. Es solo ... tuve una pesadilla horrible y la tormenta no ayuda a calmarme" murmuré bajito mientras me arropaba con mis mantas y me estremecía al sentir nuevamente como un trueno resonaba en mi habitación. "Necesitaba oír tu voz. Lamento despertarte" le digo mientras cierro los ojos y suspiro un poco más tranquila. Se escucha un ruido contra la ventana y suelto un grito asustado para levantarme e ir a prender la luz, pero no prende. Se ha ido y yo no veía nada más que mis propios pies. "Estoy asustada, se ha ido la luz y no veo nada." le digo al borde del llanto, no era una persona asustadiza pero la pesadilla más la tormenta me tenían nerviosa, casi al punto del colapso.

Caminé a ciegas, intentando guiarme con las manos hasta mi cama y me dejé car en ella, tapandome hasta arriba de la cabeza en un intento de sentirme protegida. Solté un sollozo cuando un gran trueno reventó e iluminó la habitación. "¿Crees que puedes venir? Tengo miedo." le pido suavemente, e intentando que no se dé cuenta de mi verdadero estado. Habría ido hasta la habitación de James o Coraline, pero sé que no les haría gracia que les despertara a esta hora. Pensé en Lucas, y me di cuenta en lo tonta que estaba siendo, él seguramente había estado en el gimnasio y se encontraba cansado. Suspiré y aclaré mi garganta antes de hablar "No, sabes, está bien ya está pasando. Intentaré dormir, y te veré mañana. ¿Si? Te amo" dije rapidamente, antes de colgar el telefono y acomodarme bajo todas las mantas e intentar conciliar el sueño.

Una pesadilla, encima horrible, algo no iba bien, Mack no era una de esas chicas que se asustaban por todo, así que realmente, debía ser algo serio, o bien, una pesadilla fuerte o algún problema que por alguna razón no me quería contar.

- ¿Qué es eso de que lamentas despertarme?, para ti estoy disponible siempre Mack, y lo sabes así que déjate de decir chorradas. -

Dije en un tono suave y algo grave debido a que mi voz estaba ronca porque me acababa de despertar. No me había percatado, pero me asomé a la ventana y miré, era cierto, estaba cayendo una buena. Me preocupé aún más cuando la escuché gritar, me alteré por dentro intentando mantener la calma, ya que no convendría que la asustara aún mas.

- Claro, voy enseguida, no lo du... -

No me dejó acabar la palabra cuando intentando aparentar que estaba calmada me dijo que no hacia falta, pero yo ya no podría dormir en toda la noche sabiendo que ella no estaba bien, Mack lo era todo para mi y si ella estaba mal, yo también lo estaba.

Colgó antes de que me diera tiempo a decir nada, pero sin dudarlo dos veces, dejé el móvil sobre la mesilla mientras me ponía un pullover oscuro y un pantalón negro, sin perder tiempo en ponerme camiseta. Estaba dispuesto a salir cuando empecé a registrarme sin encontrar el móvil, así que volví corriendo a mi habitación a por el y lo metí en un bolsillo. Me subí al coche y aceleré al máximo, a esas horas no había mucho tráfico así que me lo podía permitir.

Llegué ante la residencia D'Ascolli, la misma que visitaba todos los días. En la puerta estaban los guardias como siempre, no sabía si sería buena idea el pedirles paso ya que a estas horas era lógico que nadie me esperara dentro... Decidí ir hacia la parte trasera, a un lugar desde el que Mack me pudiera ver a través de las ventanas de su habitación, gracias a que me conocía a la perfección la residencia, sabía por donde entrar sin ser visto, pero no quería darle un susto a Mack, así que saqué mi móvil y le mande un mensaje.

"Asómate a la ventana y dime si ha parado..."

Se lo mandé con la intención de que no supiera de mi presencia hasta el último momento. Seguía lloviendo y cayendo relámpagos y truenos, yo, me encontraba apoyado en el coche, cubierto por un árbol, aunque me caían algunas gotas, pero nada de importancia.

No tenía ni idea cuanto tiempo había pasado desde que colgué la llamada, pudieron ser horas, minutos e incluso segundos pero no lo sabía. Por más que cerrara los ojos e intentara dormir no lograba concilar el sueño y cada vez que cerraba mis ojos solo veía ese largo y oscuro pasillo y escuchaba los pasos de aquella persona desconocida. No podría dormir eso estaba claro, pero tampoco podía levantarme. La luz se había ido por completo y toda la casa estaba a oscuras. Sólo estabamos Coraline, James y yo en casa junto con el servicio y los guardias; mientras que mis padres habían salido a cenar como cada mes hacían para luego quedarse en un hotel y hacer sus cosas. Asco, me estremecí de solo pensarlo. Me acomodé aún más abajo de mis mantas casi llegando al fin de mi cama en un intento de ignorar los sonidos provenientes de afuera e ignorar mi pesadilla. No la entendía, pero se venía repitiendo hace días y cada vez me asustaba más. Salté cuando escuché mi celular sonar y lo lancé lejos de la cama sin darme cuenta, era un mensaje que probablemente era de Lucas. Suspiré y como pude me tiré al suelo a buscarlo, golpeando todo a mi paso y botando cada cosa que encontraba por este. El telefono comenzó a vibrar avisandome que aún tenía un mensaje sin leer y busqué la luz de este hasta que lo encontré. Me apoyé contra mi cama , aún en el suelo y revisé el mensaje frunciendo el ceño.


Solté un suspiro exasperado y miré por la ventana desde mi posición antes de textearle de vuelta.



Teclee rápidamente y envíe mientras me subía a la cama y me envolvía en las mantas nuevamente, alejando el frío y el miedo.

Me llegó su mensaje, al parecer, no se tuvo que asomar para ver el tiempo, "mierda", pensé mientras sonreía, en cierto modo había fastidiado mi idea de que me viera desde la venta, hubiera estado bonito, pero no pudo ser, así que no me quedaba más remedio que entrar, la cosa era, ¿Por dónde?, me pregunté hasta que recordé la entrada de la cocina, abierta y además, no solían haber guardias por la zona.

Entré por un lugar en el que los muros bajaban y había un árbol, que trepando un poco permitía llegar a lo alto de los muros. Estuve a punto de caerme, debido a que una rama algo frágil, en la que apoye una de mis manos, se rompió. Seguí trepando hasta alcanzar la cima y agarrarme al muro, pasando a este. Era bastante alto, impresionaba la caída pero no era algo que me asustara, estaba acostumbrado a saltar y así fue, aunque con poca fortuna, caí mal y me doblé el tobillo, aunque nada muy grave que me impidiera seguir andando, eso sí, con una leve cojera.

Llegué y abrí la puerta de la cocina con mucho cuidado, evitando así el habitual chillido con el que se la reconocía. Me adentré en la residencia, caminando por los pasillos usando la cabeza, para recordar por donde ir, ya que apenas había luz, y usar la del móvil podría llamar la atención de alguien. Me encontraba ya en la segunda planta, me había tropezado con varios escalones en la escalera, pero haciendo poco ruido. Finalmente, llegué a la habitación de Mack sin complicaciones, cerré la puerta tras entrar con mucho cuidado, y me quite el pullover, los zapatos y los calcetines, ya que dichas prendas estaban, o mojadas o sucias, el pantalón me lo preferí dejar, por si nos sorprendían, y para que Mack no pensara mal de mis intenciones. Me acerqué a la cama, dejándome caer sobre ella, que estaba tapada hasta arriba.

- ¿Tiene miedo mi princesita?, no te preocupes, yo estoy aquí para protegerte. -

Dije mientras la abrazaba como podía y sonreía.

Algo golpeaba contra la ventana y me hacía saltar cada dos por tres, él viento en lugar de ser cada vez menor , aumentaba su velocidad y sus silvidos eran cada vez más fuertes. No entendía como mis hermanos podían dormir tan bien con todo este ruido. Escuché como se abria y cerraba una puerta y me asusté nuevamente, sin embargo me consolé diciendo que sólo era el viento y que era parte de mi imaginación. Me destapé y busqué mis audifonos, tal vez escuchando un poco de música podía distraerme y olvidar todo lo que había pasado esta noche. Le puse al máximo volumen el reproductor de mi telefono y me mantuve acostada o más bien escondida durante un buen rato, hasta que me comencé a sentir más tranquila. Tararee en voz baja una canción de Adele mientras poco a poco caía en la inconsciencia pero cuando estaba a punto de caer, sentí una presencia en mi habitación. Como cuando sabes que alguien está cerca pero te da miedo voltear para ver quien es, así me sentía yo en ese momento. No me quise girar pero sabía que había alguien. Me quedé completamente quieta y esperé a que pasara algo. Sentí como alguien se sentaba sobre la cama y me hablaba, me giré rapidamente y lo alumbré con el telefono.

Suspiré tranquila y me saqué los audifonos mientras lo miraba con el ceño fruncido. "Por unos segundos pensé que era un asesino o mi amante, o algo así" le dije mientras le abría la cama para que se metiera. Me dí cuenta que estaba empapado, me levanté como pude y saqué unas toallas de mi closet y lo tomé de la mano para llevarlo al cuarto de baño "Ven, date una ducha o sino pescarás algo" le dije mientras buscaba la llave del agua correcta. Dejé las toallas sobre el mostrador y me giré para buscarlo y abrazarlo suavemente. "Perdón por hacerte venir hasta acá" le dije antes de besarle el pecho y salir del baño para buscarle algo que ponerse. No encontré nada entre la oscuridad por lo que salí de mi habitación y fui a la de mi padre, buscando una camiseta y ropa interior que no hubiera usado. Encontré rapidamente lo que buscaba y caminé hasta mi habitación lentamente y con cuidado de matarme en el camino. Entré en el baño y dejé la ropa sobre las toallas, y me senté sobre la tapa del baño a esperarlo. "¿En qué has venido?" le pregunté preocupada de que hubiera manejado, la noche no estaba como para eso.

Sonreí al escuchar sus primeras palabras a la vez que me alegraba de estar junto a ella. La verdad, que tras darle un primer vistazo a la habitación, parecía todo sacado de una película de terror, empezaba a entender su miedo, y más aún, sabiendo que había tenido una horrible pesadilla, la cuál esperaba que me contara desde que pudiera.

- Bueno, pues por suerte para ti, soy yo... -

Dije sonriendo mientras veía como se levantaba y me tomaba de la mano, llevándome a la ducha y me hizo gracia su comentario, pero tenía mucha razón, podría pescar algo si no me daba una ducha calentita. Le di un fuerte abrazo y un beso en la cabeza después de escuchar sus palabras.

- No debes pedirme perdón Mack, y lo sabes, ¿Qué menos podría hacer por ti? -

Le dije mientras la soltaba, dejándola ir, hacia un sitio que no conocía, ya que se fue sin decir nada, así que aproveche para quitarme la ropa mientras comprobaba la temperatura del agua, que estaba perfecta. Al poco tiempo, Mack regresó con algo de ropa y unas toallas, en primera estancia me extrañé, ya que no sabía de donde la había sacado, y si había entrado a la habitación del padre o de James, se arriesgo bastante, pero no le presté mayor importancia. Se sentó sobre el bater y me pregunto en que había venido, no entendí por que, bueno, quizás por el mal tiempo.

- En mi coche, ¿Por qué?. -

Le pregunté mientras me metía en la bañera, me recosté en la bañera y la miré guiñándole el ojo y echándole un poco de agua de forma divertida, pero sin mojarla mucho.

- ¿Te bañas conmigo? -

Le dije sonriendo mientras le lanzaba un poco de agua, intentando hacerla olvidar el mal momento que había pasado hace poco.

Lo miré preocupada, había manejado bajo esta tormenta todo por mí y por mis miedos irracionales. Si algo le hubiera pasado jamás me lo habría perdonado. ”Como se te ocurre manejar bajo esa lluvia. ¿Estás loco? Te dije que estaría bien” le regañé mientras con mis manos intentaba que el agua no me mojara el pijama. Me acerqué a la bañera y me senté al borde de está mirándolo con una sonrisa que sabía que no se vería debido a la oscuridad. Entonces recordé que mi madre tenía en su habitación una colección de velas y que podría utilizarlas para alumbrar el baño y la habitación.”Ya vengo” murmuré antes de salir corriendo o más bien caminando rápido hasta la pieza de mis padres nuevamente y buscar entre las cosas de mamá su colección de velas. Las encontré y busqué algo con que encender, y me alegré por primera vez que mi madre tuviera esa obsesión por los inciensos y que siempre mantuviera un encendedor en su habitación.

Caminé con las manos llenas de cosas y puse algunas velas sobre mis muebles encendiéndolas enseguida y así alumbrar un poco. Caminé hasta el baño y puse algunas velas sobre el mostrador y las prendí iluminando todo. Sonreí más tranquila y me volví a sentar en la orilla de la bañera. Pensé en su propuesta y suspiré, total todos dormían y mis padres ni siquiera estaban en casa. Me levanté y rápidamente me quité el pijama y la ropa interior. Le sonríe y me tapé con las manos antes de acercarme a la bañera y meterme quedando frente a él.

Mack como siempre, preocupándose por todo, sí era cierto que quizás me había arriesgado un poco, pero haría lo que fuera por ella, sin mirar en lo peligroso que pudiera ser. Ahora mismo, era más feliz que nadie, y no cambiaría este momento por nada del mundo, ver a Mack feliz era lo único que pedía y deseaba.

- Un poco... ¿Y pensabas que me lo iba a creer? -

Dije sonriendo, aunque lógicamente, no se daba cuenta porque estaba todo oscuro. Se fue, otra vez me dejaba solo, ante el peligro... al poco volvió con una vela, y sonreí, esta vez con la certeza de que me vería.

Al final, se decidió meter en la bañera, así que sonreí, me acerqué a ella y posé mis manos en la parte de la bañera de detrás de ella, pegándome frente con frente y dándole un mordisco en el labio.

- ¿Por qué eres tan guapa Mack?, nunca me lo has dicho. -

El agua estaba caliente aún por lo que me acomodé entre las piernas de Lucas para quedar bien, lo miré y sonríe de lado cuando se acercó a mí con esa sonrisa y esa actitud que solía volverme loca, no siendo esta la excepción. Solté un suspiro cuando mordió mi labio y me pregunté si era la situación lo que hacía que todo se sintiera multiplicado por mil. En lugar de responderle enseguida , terminé el espacio entre nuestros labios y lo besé suavemente.

Tironee su labio inferior con mis dientes y pasé mis brazos por su cuello atrayéndolo más hacia mí. ” ¿Eso importa ahora? Me tienes en una bañera desnuda, con toda la casa dormida y tu ¿me preguntas eso?” le pregunté mientras lo empujaba hacia atrás para que quedara apoyado contra la cerámica y yo sobre él sentándome a horcajadas. Me afirmé de la parte que estaba atrás de él y me acomodé, procurando no tocarnos en los lugares principales. " Mis padres no están en casa, y mis hermanos duermen como si les hubieran golpeado. ¿Qué haremos?" le sonreí de forma lasciva mientras apretaba mi pecho contra el de él, olvidando por completo lo que pasaba afuera y lo que había soñado.

Sí, probablemente Mack tenía toda la razón del mundo, no era la respuesta más correcta, pero tampoco me gustaba su reacción, ese empujón, aunque lo hiciera en cierto modo, por el momento, de forma sexy o como fuera no me había agradado del todo y suspiré en cierto modo por enfado y por otro lado, de excitación, debido a la situación en la que estábamos y acababa de definir a la perfección, así que me acerqué a su oído y le mordí este levemente antes de susurrarle algo.

- No te cabrees... No estropeemos este momento. -

Le dije con un tono suave, mientras le besaba suavemente la parte inferior de la oreja antes de bajar hasta su cuello y darle besitos, por todo el, acabando con un mordisco, que la verdad, había sido algo fuerte, aunque sin querer, ya que no pretendía hacerle daño. Después habló ella y sonreí ante su inocente pregunta... Lo había dicho, como si no pensara en algo, que probablemente era lo mismo que pensaba yo y cualquiera que estuviera aquí en este momento.

- ¿Tu qué crees?, ¿Por qué no traes un patito y jugamos con el un rato? -

Dije un poco picón y algo burlón mientras sonreía y me acercaba a sus labios, rozándolos levemente con la lengua y bajaba mis manos hasta su cadera, poniendo una a cada extremo y finalmente, comencé a besarla, mientras mis manos bajaban muy despacio hacia sus nalgas.

¿Cabrearme? No me había cabreado sólo había hecho énfasis en que aquello no era algo para responder ni pregunta mientras estábamos en esta posición. Me quejé levemente al sentir su mordisco pero sólo me aferré más a él, inclinando mi cuello hacia un lado dándole mejor acceso a este. Sonreí de lado ante su pregunta, decidí jugar un poco. Sólo haría todo esto más interesante. ” Pero que buena idea, sé que Coraline tiene uno muy bonito” le contesté su pregunta intentando no reír , mientras le acariciaba su espalda con una mano y con la otra jugaba con el cabello en su nuca. Suspiré al sentir su lengua contra mis labios y rápidamente la tomé con ellos, pasando mis dientes por sobre su lengua suavemente intentando no hacerle daño.

Sentí sus manos sobre mis caderas y luego como bajaban lentamente hasta mis nalgas, por lo que me alejé de él, queriendo jugar por unos segundos. El agua comenzaba a enfriarse por lo que me levanté de la bañera y salí con una sonrisa que le invitaba a seguirme. " Te espero en la habitación" le dije suavemente antes de caminar contorneando mis caderas hasta la habitación y ordenar rapidamente el desastre que había hecho con las mantas. Una vez terminado me acosté boca abajo sobre la cama, esperándolo con una gran sonrisa.

Besaba a Mack, ella inclinó su cuello, para darme mejor acceso a su cuello, el cual seguí besando con suavidad y amor, dándole algún que otro mordisco. Paré al escuchar sus palabras y me pegué frente con frente, respondiendo con una leve sonrisa, sin articular palabras ya que ambos estábamos jugando y las consideraba innecesarias.

Estaba a gusto en la bañera, pero ciertamente, empezaba a hacer algo de frío, y el agua, ya había bajado considerablemente su temperatura, así que Mack no tomó mala decisión, y fue lista, como siempre, claro esta y se fue a la habitación, así que sonreí al escucharla y ver como se iba.

Salí de la ducha y me sequé un poco, sobre todo el pelo, ya que si no, lo mojaría todo con él. Salí del baño y allí estaba Mack, acostada boca abajo, con una sonrisita muy provocadora, casi como una invitación a que me la comiera a besitos, algo que no dudaba en hacer, así que me acerqué por los pies de la cama, y empecé a darle besitos, desde los pies, subiendo hacia arriba, hasta llegar a su cara, y besársela enterita, deteniéndome en sus labios, y dejando caer mi cuerpo sobre ella, mientras la miraba hacia los ojos.

- Ahora Mack, con tu familia durmiendo, y en esta preciosa cama, ambos denudos, ¿Qué hacemos? -

Dije sonriendo, intentando imitar su voz en la pregunta, mientras le daba besitos en el hombro.

No demoró mucho en llegar hasta donde me encontraba yo, y me estremecí al sentir sus labios sobre mi cuerpo. Aun cuando lleváramos años juntos la reacción que tenía hacia él seguía siendo la misma, no disminuía sino que aumentaba con el paso del tiempo. Un escalofrío recorrió mi columna al sentirlo sobre mí y al escuchar decir sus palabras que eran una invitación directa a lo que tenía planeado hacer. Solté una risita ante el tono de su voz, y sabía que estaba queriendo jugar conmigo así como yo había jugado con él mientras nos encontrábamos en la bañera, así que lo dejé eso hacía de todo esto solo algo más interesante. ” Se me ocurren muchas cosas, pero sólo quiero hacer una ahora” dije mientras cómo podía me giraba para quedar frente a él y con él entre mis piernas. Levanté mi cabeza y atrapé su labio inferior con mis dientes tirándolo suavemente mientras enrollaba una de mis piernas en su cintura, intentando que entre nuestros cuerpos no existiera espacio alguno. La tormenta y las velas hacían de esto más especial, y sobretodo más excitante era el hecho de que toda mi familia dormía mientras nosotros nos encontrábamos desnudos en mi habitación.

Solté su labio y miré hacia la puerta fijándome si el seguro estaba puesto y me quise golpear al darme cuenta que no era así. Suspiré y apoyé mi cabeza sobre la almohada. ”No está puesto el seguro de la puerta.” murmuré intentando que entendiera la indirecta, y fuera a cerrar bien la puerta; lo último que nos faltaba era que llegara James y nos viera en una posición comprometedora o en pleno acto.

Sonreí al escuchar sus palabras, seguía con el juego y me hizo bastante gracia escucharla. Gemí levemente al sentir como tiraba de mi labio, mientras me alejaba un poco para darle espacio y que se pudiera mover. Después, volvía a acercarme a ella, pegando nuestros cuerpos, rozando nuestras extremidades, algo que me hizo morderme levemente el labio mientras la besaba. Dejo nuestros cuerpos sin ningún tipo de espacio cuando entrelazó una de sus piernas con mi cintura, algo que me gusto bastante, sobre todo, el sentirla tan pegada a mi. La estaba besando, cuando de repente, apartó la vista mirando la puerta, y dijo que el seguro no estaba puesto, que inoportuna fue, aunque valía más prevenir futuras desagradables sorpresas que nos pudieran salir caras, así que con un leve suspiro, me despegué de ella, levantándome y acercándome a la puerta, para ponerle el seguro.

- ¿Todo listo señorita Mackenzie? -

Pregunté en tono de sirviente, mientras sonreí de una forma pícara y me acerqué con lentitud a la cama, volviendo a colocarme en la posición de antes. Comencé a besarla, bajando de sus labios a su cuello, donde le mordí algo fuerte con la intención de dejarle algún pequeño moretón que marcara territorio, como buen hombre que era. Seguí bajando hasta llegar a sus pechos, pasando levemente mis labios sobre su pezón, con idea de excitarla. Después, pasé levemente mi lengua y terminé dándole algún leve mordisco, antes de volver a subir hasta sus labios y besarla con suavidad y pasión.

- Mack, debo preguntarte algo, antes de seguir, ¿Usamos protección? -

Quizás mi pregunta pareciera una estupidez, pero sencillamente, no era el mismo tacto, al menos, desde mi punto de vista...

Podía sentir su molestia ante mis palabras, pero no deseaba encontrarme en medio de lo mejor cuando alguien entrara, en especial alguien como James o mi padre. Eso sí, sería un problema que deseaba evitar. Aunque era casi imposible pensar en que seguía casta y pura cuando llevaba años en una relación. Evité reírme, porque sabía que sólo empeoraría su molestia por lo que mordí mi labio suavemente en un intento de no explotar en risas. Asentí suavemente ante sus palabras, aún cuando podía sentir en su voz el reproche y la burla pero no dije nada, queriendo disfrutar esta noche que no se daba a menudo. Siempre estábamos ocupados con algo, y las veces en las que realmente podíamos disfrutar del otro era contadas.
Volvió hasta donde estaba yo, retomando su posición inicial y sin que nos dijéramos algo comenzó a besarme provocando que mi corazón comenzara a latir fuerte y que arqueara mis espalda al momento en que sentí sus labios en mi cuerpo, dejando seguramente una marca que quedaría ahí por unos cuantos días. Solté un leve gemido al sentir como sus labios se dirigían hasta mis pechos e inconscientemente enrollé nuevamente mis piernas su s caderas provocando que nos rozáramos y volviera a gemir esta vez más fuerte, y agradecí que las habitaciones de mis hermanos estuvieran un tanto alejadas de la mía. Cerré los ojos mordiéndome el labio para no gritar al sentir sus dientes sobre mí, y me relajé cuando me volvió a besar esta vez fuerte. Jadeaba por aire, y por todo lo que pasaba por lo que no registré su pregunta hasta segundos después. Lo miré por unos segundos debatiéndome sobre que decir, si bien nos casaríamos en un par de año s no era momento de que nos pasara algo y quedara embarazada. Eso no le gustaría a mis padres, a pesar de que la imagen de un pequeño Lucas corriendo por ahí se veía hermosa. Suspiré y asentí, hasta que no habláramos de esto no podíamos arriesgarnos. ” Sí, en el cajón quedan algunos condones creo” murmuré jadeante mientras le apuntaba el mueble aledaño a la cama. Suspiré profundamente, alejando las imágenes anteriores. No era el momento aún, y no lo sería hasta un par de años.

Definitivamente, soy tonto, ¿cómo iba a querer traer un niño, o lo que es peor, dejar embarazada a Mack?, quizás fuera bonito, pero no era el momento ni lugar de preguntarlo, esta claro, me estoy obsesionando con el tema de los críos, aún somos muy jóvenes, quizás, mas maduros que muchos de nuestra edad, sobre todo Mack, que a lo largo de todos estos años me había demostrado su gran cambio y madurez, era todo una mujercita, muy joven y que aún debía disfrutar de la vida, ya habrá tiempo para pensar en hijos, aún somos jóvenes, y es algo que tenemos a favor, el tiempo...

- Claro, voy a por uno... -

Mack era el claro reflejo de mis palabras, al escucharme su rostro cambió, demostrando una cierta confusión, más bien duda, menos mal que ella fue más lista que yo y se tomó un tiempo para pensarlo. Me levanté y me dirigí hacia el lugar que señalaba, era un ropero, así que abrí un cajón y rebusqué un poco hasta dar con ellos. Los míos estaban en mi casa, y quizás alguno de emergencia en el coche, pero esto no entraba en mis planes.

Regresé a la cama con Mack y me coloqué sobre ella, apoyando mis codos a los lados de su cabeza, dándole antes el condón. Comencé con un beso en la frente antes de bajar a sus irresistibles y apetitosos labios, mientras hacía una pausa para hablar.

- Hazme el favor, y cuando sea necesario pónmelo, que a mí no se me da bien... -

Dije con un sonrisa y un mueca en la cara, sabía colocarmelo perfectamente, pero Mack tenía más arte y prefería que me lo pusiera ella, me excitaba más que si me lo ponía yo mismo. Di un vuelco quedé yo bajo ella, apoyando su culo sobre mi abdomen mientras volvía a darle suaves besos en sus pechos y agarraba su cuello, acercando su cabeza a la mia y besándola con pasión.

Creí ver por unos segundos, en el rostro de Lucas la decepción ante mis palabras. Esto era algo que debíamos planear, y yo sinceramente deseaba tener un hijo con él pero a sabiendas de lo que hacíamos no, que un día despertara abrazada al baño y me enterara de esa forma que estaba embarazada. Luego hablaríamos de esto.

Vi como se levantaba a buscar uno, y yo por mientras mantuve mi vista pegada a él un tanto nerviosa por la adrenalina que corría por mis venas debido a toda la situación. Esos condones habían quedado de la última vez que lo habíamos hecho en mi habitación, y los había guardado bien para que la niña que hacía el aseo no los encontrara y le dijera algo a mi padre o a mi madre. Le sonríe suavemente cuando se volvió a colocar sobre mí, lamentando todas las veces que le había hecho salir de la cama. Cerré mis ojos cuando sentí sus labios sobre mi frente, y le correspondí suavemente cuando me besó de lleno en los labios. Era adictivo besarlo, y no me cansaba de hacerlo. Jamás lo haría. Solté una risotada ante sus palabras, y abrí los ojos para mirarlo incrédula. ”Tu lo que quieres es que te manosee” le dije riendo aún, pero asintiendo ante su petición. Sabía que le gustaba que hiciera esas cosas por él, y si le mantenía feliz yo lo haría siempre. Solté un pequeño gritito cuando nos giró para yo quedar sobre él, y cambió este para convertirse en un leve jadeo al sentir sus labios sobre mis pechos y sin resistirme dejé que tomara mi cuello y me bajara hasta sus labios, respondiendo su beso con el mismo énfasis o tal vez más. Llevé mis manos hasta su pecho y lentamente comencé a bajarlas dejándolas quieta justo donde se encontraba mi cuerpo como barrera. Dejé de besarlo y llevé mis labios hasta su cuello, besando y lamiendo lentamente mientras comenzaba a bajar mi cuerpo junto a mis labios.

Estaba disfrutando del momento, ya que Mack y yo, por diversas circunstancias, no teníamos mucho tiempo para intimidar, así que por eso iba con calma y sin prisas, teníamos aún casi toda una noche por delante, es cierto, que tendría que largarme por la mañana, o todo nuestro plan de evitar que nos pillaran, se iría a la mierda, ya que, a pesar de no vivir aquí, tengo entendido que vienen a limpiar, aunque no sabía a que hora, pero supongo que Mack lo tendría controlado, así que mejor me despreocupaba y no le decía nada, porque no lo consideraba un motivo de gran importancia, al menos, de momento. Escuché sus palabras y en principio alcé una ceja, pero en plan broma dándole un beso antes de responder.

- ¿Y tú como lo sabes?, parece que me conoces... -

Dije sonriendo y en un tono irónico, ya que Mack me conocía mejor que nadie, incluso en ciertos temas, mejor que yo mismo. La seguí besando a la vez que bajaba lentamente mis manos desde su espalda hasta sus nalgas, dándole un pequeño golpecito a la vez que soltaba una leve sonrisa. Después Mack empezó a bajar así que aparté mis manos de ella y me mordí el labio al notar sus labios y su lengua en mi cuello, girándolo a un lado para darle espacio al tiempo que cerraba los ojos de placer y me dejaba llevar por el momento...

Me mantuve haciendo lo que había comenzado, puse toda mi atención en su cuello por unos momentos hasta que decidí seguir bajando. Suavemente fui dejando pequeños besos sobre sus hombros hasta su pecho, quedándome ahí por largo rato. Pasé mis dientes suavemente por su piel sin hacerle daño y luego lo toqué con mi lengua casi rozándolo sin exactamente tener contacto directo. Eché hacia atrás mi cuerpo y continúe bajando hasta alcanzar su ombligo. Pasé mis uñas por su pecho mientras lo miraba por debajo de mis pestañas desde mi posición. Sonreí de lado, y pasé mi lengua lentamente por sus caderas antes de contestarle. ” Son muchos años de experiencia, como para saberlo”.

Él era la única persona que conocía esta fase mía, la Mackenzie seductora y desinhibida que sólo salía en la intimidad de la habitación. Me puse a la altura de sus labios nuevamente y lo besé suavemente, apenas con nuestros labios rozándose mientras lentamente llevé una de mis manos hasta sus caderas y bajándolas un poco sin llegar a rozar más abajo. Me desvíe hasta sus piernas, y bajé nuevamente, tocando ambas piernas y subiendo a una velocidad tortuosamente lenta, sabiendo que la espera haría de todo esto más excitante.

Mack pasó de mi cuello a mi pecho, dándome besos, o eso era lo que notaba, ya que tenía los ojos cerrados de placer, y aún más cuando siguió bajando, hasta detenerse en mi ombligo y pasó sus uñas desde mi pecho hasta llegar a su posición, algo que me dolió un poco, pero no rechisté y me limité a morderme el labio, ya se la devolvería... Después, paso su lengua por mis caderas, algo que me dio cierto placer aunque si hubiera bajado más no me hubiera importado. Sonreí al escuchar sus palabras, tenía toda la razón, como casi siempre, y pobre del que intentara quitársela, saldría mal parado. Mack me conocía mucho, así que sabía a la perfección lo que me gustaba y lo que no, igual que yo de ella.

- Qué suerte tienes... -

Dije sonriendo mientras me quedaba con las ganas de besarla, ya que simplemente rozó mis labios. Bajó hasta mis piernas, subiendo con una lentitud que me tenía agarrando con fuerzas las sábanas de la cama y mordiéndome el labio, Mack era un poco cabronceta, me lo estaba demostrando, me estaba haciendo sufrir, pero como dicen, después de la espera llega lo mejor, así que ahora lo comprobaría...

Sonreí de lado al ver como se aferraba a las sábanas de mi cama debido a lo que yo le estaba haciendo, mi ego se infló y aquello me dio la valentía para hacer algo más que simplemente esto. Subí mis manos y levemente lo toque, apenas con la punta de los dedos ;provocándolo. Nuevamente me dirigí a besarle el abdomen, esta vez usando mi lengua y pasándola por todo su cuerpo, hasta finalmente llegar hasta su pelvis. Lo tomé entre mis manos y comencé a subir y a bajar esta lentamente un tanto nerviosa, ya que era la primera vez que lo hacíamos con tantas personas en la casa. Siempre era en su casa o cuando no había nadie más que la gente del servicio. Sin dejar de tocarlo me puse a horcajadas y tiré de uno de sus brazos para que quedara sentado sobre la cama y así pudiera besarlo sin problemas. Me dirigí a sus labios y pasé lentamente mi lengua por ellos, para luego tomar entre mis dientes su labio inferior y luego succionarlo entre mis labios.

El ritmo de mi mano aumentaba cada ciertos momentos y luego disminuía, creando así un ritmo entre cada movimiento. Lo besé por unos momentos, enredado mi lengua con la suya antes de decidir dejar de provocarlo. Me alejé de él, me puse entre sus piernas y agaché mi torso tomando mi pelo de paso , y simplemente lo tomé con mi boca sin dejar de mirarlo. Primero solo una parte, mientras que lo continuaba acariciando, y luego entero usando mi lengua dándole así más placer.

Mack estaba jugando conmigo de una forma que me mataba, esos constantes cambios de ritmo me excitaban a la vez que me impacientaban. Estaba claro que sabía como jugar conmigo, como excitarme y darme placer, no hacia falta comunicación alguna, ella me conocía a la perfección.

Le sujeté el pelo con mis manos, para ahorrarle ese trabajo extra, mientras giraba mi cabeza a un lado, y sin quererlo, vi la hora reflejada en un reloj de mesa... ¡ ¿Las 4 de la madrugada? !, mierda, había quedado con Vince a las 6 para ir a ayudarle con unas cosas que tenía que hacer, pero visto lo visto, en lo que acabábamos, algo por lo que no tenía prisa y descansaba un poco, no me daba tiempo de llegar, así que ya le daría mis razones, puesto a que no pensaba llamarlo e interrumpir este gran momento. Mack me hizo volver a la realidad con sus besos, así que seguí a lo nuestro mordiéndome el labio inferior e incluso gimiendo en ciertos momentos, cómo cuando tomó con su boca mi extremidad, algo que me dio mucho placer y así lo expresé con un gemido, algo más fuerte que los anteriores, y eso, que aún, no había hecho gran cosa...

Sonreí levemente al escuchar su gemido, eso era la única forma de saber si que lo que estaba haciendo en este preciso instante estaba siendo bueno para él. Relajé mi garganta y terminé por tomarlo por completo en mi boca, comenzando a incrementar a la vez la velocidad con la que entraba y salía de esta. Mis manos , libres, no dejan de tocarlo intentando que él sienta placer con lo que hacía. Agregué mi lengua a todo esto, y con cada vez que entraba en mi boca mi lengua pasaba por el comienzo de su miembro. No me importó la hora ni nada, lo único que deseaba era estar con él y eso era todo lo que importaba, nada más. Levanté la mirada y le guiñé un ojo mientras lo sacaba de mi boca. Continúe estimulándolo con mis manos , mientras pasaba mi lengua desde su base hasta el comienzo de su miembro sin dejar de mirarlo fijamente. Podía ver en su rostro el placer que sentía y eso me hizo sonreír ampliamente.

Dejé una de mis manos sobre su miembro, y la otra la bajé hasta sus testículos, tocándolos suavemente sabiendo que eso le haría sentir aún más placer del que ya sentía. ”¿Lo hago bien?¿Quieres algo más?” Le pregunté con voz ronca sin dejar de acariciarlo, y mirándolo con una sonrisa seductora. Todo era parte de este juego no establecido entre nosotros, que salía a flote cuando estábamos solos y en estas condiciones.