Pesadillas y tormentas ~ Lucas. {+18}

Recuerdo del primer mensaje :

Estaba sola en un pasillo enorme, caminaba pero parecía no avanzar nada. Estaba todo oscuro y la única luz visible era una luz que provenía desde una puerta al final del pasillo. Miré hacia atrás y solo había oscuridad. No sabía cuanto tiempo llevaba caminando, pero mis piernas se sentían cansadas y mi corazón latía extremadamente rápido. Me detuve por unos segundos y descansé, pero este se vio interrumpido por el sonido de unas pisadas que se acercaban a mí. Intenté preguntar quien andaba por ahí, pero no salía sonido de mi boca. Comencé a sentir como me ahogaba y lágrimas comenzaron a correr por mis ojos. Sentí como alguien me tomaba de un brazo y me llevaba. Pataleaba pero no podía hacer nada, de pronto todo se volvió negro. Me desperté sobresaltada y con las mejillas mojadas por mis lágrimas y el sudor. Ese sueño se venía repitiendo desde hace unas semanas y no lograba descifrar lo que significaba. Me asustaba mucho, y cada noche temía ir a dormir por miedo a que el sueño volviera. Suspiré y lancé un grito cuando una luz se encendió afuera, me levanté y caminé hasta la ventana para mirar; afuera se había desatado una tormenta y el ruido que hacía el viento era aterrador.

Caminé hasta mi cama y me senté, sin saber que hacer o como dormir entre mis pesadillas y la tormenta. Tomé mi telefono y ví la hora, solté un suspiro al ver que sólo eran las tres de la madrugada. Sonreí levemente al ver la imagen de Lucas en mi fondo de pantalla y me debatí en si debía llamarlo o no. Suspiré y apreté el botón verde mientras me recostaba en mi cama. Esperé que contestara mientras escuchaba como afuera el viento y la lluvia empeoraba.

Me hizo gracia su comentario, por lo que me reí un poco mientras soltaba un leve suspiro, antes de agarrarla con delicadeza por las manos y tirar suavemente de ellas, para que subiera.

- Qué va, lo haces fatal... -

Sonriendo y cambiando posiciones, la dejé a ella ahora abajo, boca arriba mientras besaba su cuello, dándole otra mordida, sabiendo que se le quedaría alguna pequeña marca, mientras bajaba de su cuello, parando en sus pechos un poco, para luego seguir bajando, hasta llegar a su cadera, besándolas mientras con mis manos, sujetaba sus rodillas y las subía, dejándolas a la altura de su cadera, y bajando con mucha lentitud, en modo de pequeña venganza, por como lo hizo ella antes, hasta llegar a su vagina, a la cuál, dí un suave beso apenas rozando mis labios, desviando por un momento mi mirada hacia su rostro, viendo como sentía placer. Volví a centrarme en su vagina, acariciándola levemente con un dedo, con la intención de excitarla, mientras empezaba a pasar la puntita de mi lengua sobre ella, parando para mirarla.

- Y a ti, ¿Te gusta esto? -

Dije soltando otra leve sonrisa, mientras seguía acariciando su vagina con mi dedo, volviendo a pasar lentamente, la puntita de mi lengua. Viendo que Mack ya estaba bastante excitada, decidí introducir mi dedo en su vagina, despacito, mientras ya pasaba mi lengua casi al completo y con algo más de rapidez.

Entrecerré los ojos y le fruncí el ceño al escuchar sus palabras, y quise soltarle algún comentario borde pero ni siquiera alcancé a reaccionar cuando ya él me tenía bajo él. Jadee suavemente cuando sentí sus labios en mi cuello, y llevé mi manos hasta su cabello cuando sentí sus dientes mordiéndolo. Sabía que eso dejaría una marca que sería difícil de ocultar por un tiempo, pero poco me importó. Llevé mis manos hasta las sábanas y las agarré con fuerza mientras arqueaba mi espalda al notar el rumbo de sus labios por mi piel. Solté un suspiro tembloroso al sentir sus besos sobre mis caderas y temblé levemente al presentir que venía ahora, sus acciones me lo decían. Solté un gemido lastimero al sentir ese pequeño beso sobre mi vagina y me tuve que aferrar de las sábanas aún más fuerte. Comencé a jadear por aire, y a gemir por ese simple dedo que me acariciaba lentamente y por su lengua en mí. Asentí a medias sin poder siquiera formular una frase coherente y simplemente me entregué a las sensaciones que me causaba con cada uno de sus movimientos.

Solté un gemido agudo, por la sorpresa y por el placer de sentir su dedo ya dentro de mí y fue acompañado por un jadeo al sentir como su lengua comenzaba a moverse sobre mí. Arquee suavemente mi espalda, apretando fuerte las sábanas e intentando no hacer ruido con mis gemidos y jadeos para que nadie se diera cuenta de lo que estaba pasando en mi habitación. ” Más” murmuré despacio, de forma casi inaudible intentando controlar la respiración y que se entendiera claramente lo que pedía.

Continuaba introduciendo mi dedo con cierta lentitud mientras pasaba mi lengua por su vagina, cuando, en un tono bastante bajo pero haciéndome llegar el mensaje, Mack me pidió más, a lo que respondí con una sonrisa mientras comenzaba a incrementar bastante la velocidad en mis movimientos, no pudiendo evitar ver como Mack, bajo la tremenda excitación y el placer, se agarraba a las sábanas con todas sus fuerzas, soltando algún gemido, aunque intentando no hacer ruido, ya que no era plan de que la escucharan.

Poco a poco volví a bajar mi intensidad, sacando finalmente mi dedo y parando de lamer su vagina, dándole besitos por todo el cuerpo hasta llegar a su cuello y pararme ante sus labios, pegando mi frente a la de ella, y mientras, cogía el condón que andaba perdido por la cama para ponerlo ante sus ojos.

- ¿Qué te parecería colocármelo? -

Dije sonriendo de forma divertida, mientras acariciaba su rostro con mi mano, y dejaba el condón a un lado, para que lo cogiera cuando quisiera, y le di un beso con ternura, notando como nuestros labios se separaban poco a poco, antes de darle suaves besos en su hombro, esperando a ver si prefería que yo me lo pusiera, o ella se encargaba.

Tuve que morder mi labio inferior cada vez más fuerte, ahogando cada gemido que pugnaba por salir de mi garganta como respuesta a la velocidad por la que entraba y salía el dedo de Lucas en mi interior. Los dedos dolían de la fuerza con la que apretaba las sábanas sobre mi cama y mi espalda se arqueaba con cada ola de placer que azotaba mi cuerpo. Ahora deseaba que estuviéramos en su hogar o que en casa no hubiera nadie más que los empleados. Solté un gemido lastimero y un tanto quejumbroso cuando bajo la intensidad con la que movía su dedo, relajándome por unos segundos y tomándome por sorpresa aquel lamido antes de que subiera hasta la altura de mi rostro. Vi de reojo como dejaba el condón a un lado, dándome la opción de querer usarlo o no. No lo pensé demasiado, lo que podría salir de esto solo sería fruto y consecuencia de lo que sentíamos por el otro; y aunque ya había dicho dentro de mi cabeza que un hijo ahora no sería correcto, la idea simplemente me llenaba de ilusión. Y me convencí, en segundos, que si no era ahora sería en un par de años. Y mis padres aunque no les pareciera deberían aceptar mi decisión, y apoyarnos.

Le correspondí el beso suavemente, enrollando mis brazos por su cuello y acariciando su espalda antes de ignorar el condón que se encontraba a un lado de la cama, y girarnos quedando el debajo de mi cuerpo. Lo miré mordiendo mi labio de forma nerviosa, y lo besé castamente sobre los labios antes de acomodarme sobre su miembro aún sin entrar, esperando que él se diera cuenta de lo que estaba haciendo. ”No quiero colocártelo, no quiero que lo usemos” le dije con voz contenida, que mostraba lo nerviosa que estaba. Me sentía como la chica que estuvo con él por primera vez tantos años atrás, nerviosa y un tanto asustada a las reacciones de él. Pero esperaba que sus sentimientos con respecto a esto, fueran los mismo y le hiciera tanta ilusión como a mí, el comenzar a formar una familia juntos.

Me sorprendió el que Mack decidiera no ponerme y en dicho caso, no usar el condón, ya que en un principio me había comentado que era pronto y lo entendía al igual que la respetaba, pero tuve un momento de duda, quizás se hubiera despistado o quizás estuviera en lo cierto, algo que me confirmo con sus palabras. - Estoy de acuerdo -, dije sonriendo y guiándole el ojo, ya que si había algo en este mundo que me pudiera hacer más feliz de lo que ya lo era, teniendo a Mack conmigo, era el hecho de hacerme la idea de formar con ella, la chica con la que todos soñamos en la infancia, una familia. Quizás, pudiera parecer pronto, pero yo no estaba de acuerdo con eso, ambos teníamos recursos para darle una buena vida a un posible hijo, su familia, una de las mas importantes del país, y por lo tanto adinerada, no dudaría en respetar su decisión y por lo tanto, ayudarla en todo lo que a su alcance estuviera, y yo, trabajaba para dicha familia, con un buen sueldo, que nos daría para tener una buena vida.

Mi respuesta fue rápida, puesto a que no había tiempo que perder, ya que no estábamos solos y era una situación delicada, ya que el tiempo pasaba y cuanto menos lo esperáramos, podrían tocar en la puerta o algo por el estilo. Bajo la excitación, me deje llevar por Mack, quedando bajo ella y mordiéndome el labio, notando el roce de mi miembro con su cuerpo.

Sonreí tranquila por su respuesta y me incline para besarlo tiernamente por unos segundos antes de levantarme y apoyar mis manos sobre su pecho y dejándome caer lentamente sobre él, soltando un jadeo al sentir como entraba en mí. No sabía cuántas veces lo habíamos hecho durante todo el tiempo juntos pero cada vez era mejor que la anterior, y las sensaciones que me producía tenerlo dentro de mi cada vez eran más potentes. Como si cada vez que él entraba en mí, fuera la primera vez. Me quedé quieta disfrutando las primeras sensaciones de tenerlo finalmente dentro, y me acerqué nuevamente para besarlo antes de comenzar a moverle lentamente sobre él, mordiendo su labio suavemente intentando ahogar los gemidos que morían por salir de mi garganta. Mi cabeza estaba nublada, casi en blanco debido al placer que sentía pero lo único que podía pensar era lo que saldría de esto. Sabía que no lo lograríamos a la primera, pero pondría todo de mi para que de verdad ocurriera y comenzáramos ya a formar una gran familia juntos. El dinero no era problema, mi abuelo nos había dejado un fondo a mí y a mis hermanos que jamás había usado ya que no lo necesitaba, pero si mis padres no lo aceptaban nuestro futuro estaba solucionado.

Escondí mi rostro en su cuello y gemí despacio al comenzar a elevar la velocidad con la que me movía sobre él, no tenía conciencia de nada más pero sabía que debíamos apurarnos pronto amanecería y la casa comenzaría con sus actividades diarias.

Estaba muy a gusto con Mack, como siempre, pero ahora, esta noche y siendo consciente de lo que pretendíamos, aún mas. La excitación y el placer me empezaba a invadir, elevando a gran velocidad, al sentir como penetraba a Mack, aunque su lentitud al principio me mataba, por lo que no podía evitar morderme el labio con fuerza al igual que sujetar las sábanas. Todo siguió aumentando alcanzando los límites cuando su velocidad empezó a aumentar, y es que Mack, sabía muy bien lo que me gustaba, de eso, no habían dudas posibles de ello, menos, llevando el tiempo que llevábamos juntos, y aunque no contaba cada vez que lo hacíamos, eran unas cuantas, suficientes para conocernos en dicho aspecto el uno al otro.

Con el fin de ayudar a Mack a aumentar su velocidad evitando que ella tuviera que hacer todo el esfuerzo, a pesar de que en momentos de excitación y adrenalina casi ni se notaba, la agarre por la cintura con fuerza, ayudándola con mis manos sin parar.

Cerré los ojos y solté un gemido audible, sin que me importara que todos estuvieran en casa. La velocidad aumentaba a ratos, y pequeñas gotas de sudor comenzaron a correr por mi cuerpo y por el de Lucas, haciendo que todo fuera más excitante. La temperatura se elevaba cada vez más, y con cada penetración se sentía como llegar al cielo. Podía sentir que en nuestros movimientos había algo más que buscar darnos placer y transmitirnos el amor que sentíamos por el otro, en cada uno de nuestros movimientos estaba la búsqueda de aquel primer niño al cual podríamos llamar nuestro hijo o hija. En cada movimiento había anhelo y deseos que hasta hace poco habían estado ocultos y guardados en lo más recóndito de nuestros corazones. Sentí sus manos sobre mis caderas y comencé a moverme aún más rápido, gimiendo ya sin siquiera importarme. Si no les gustaba lo que hacía en la intimidad de mi habitación, era problema de ellos. Yo no fingiría más ser alguien que aún creía que los bebés venían de los repollos. De alguna forma, nos moví para girarnos y que él quedara sobre mí. Las piernas se me habían cansado y casi no podía moverlas por la posición en la que estábamos antes, incluso se me habían quedado dormidas. Gemí de forma ahogada, al sentir el nuevo ángulo de penetración que se había generado por la nueva posición.

Mack seguía aumentando el ritmo, y yo me mordía el labio para no gemir, tanto, que sabía que se me quedaría una marca, pero no me importaba, no quería hacer ruido, aunque ella, parecía ignorar el que no estuviéramos solos, y en su casa, pero yo no podía olvidarme por lo que prefería seguir así, fastidiando mi labio antes que gemir. Cerré los ojos de placer mientras seguía sintiendo sus movimientos y gemidos, que estaban resultando, para la situación actual, demasiado altos y ruidosos, pero no pensaba decirle que no lo hiciera, no en este momento, sería una forma tonta de interrumpir, por lo que simplemente, ignoré.

Después, parece que Mack estaba algo agotada, lo cuál veía normal, y cambio las posiciones, por lo que yo quedé ahora arriba y solté una leve sonrisa, porque la verdad, lo había dado todo, y comencé a introducir mi miembro en su vagina, yendo de menos a más, mientras me inclinaba para quedarme a la altura de sus labios y besarla repetidas veces, hasta que decidí subir, y sujetando sus piernas, comencé a aumentar mi velocidad, estando yo de rodillas en la cama, sujetando sus piernas, sin importarme nada, aunque ya empezaba a notar el cansancio, pero no importaba, aguantaría hasta que ella lo quisiera o no pudiera más, que para lo segundo, aun quedaba bastante.

Los nudillos de mis manos probablemente estaban blancos por la fuerza con la que sostenía las sábanas entre mis dedos. Los gemidos ya salían fluidos, sin importar que los demás escucharan ya nada podría detener esto. Intenté mantener la mirada sobre Lucas, pero con cada embestida me sentía más cerca de terminar y no podía evitar que mi cuerpo se arqueara y que mis ojos se cerraran por el placer. Como pude levanté mi cuerpo sin que nos separáramos y con una de mis manos me afirmé de sus hombros y con la otra bajé su rostro para que nuestros labios estuvieran a la misma altura y así poder besarlo e intentar ocultar los gemidos que salían sin control de mi garganta. Podía comenzar a sentir como las paredes de mi vagina empezaban de a poco a contraerse, y como en mi vientre comenzaba a cosquillear esa conocida sensación del eminente final.

Pasé mis piernas alrededor de su cadera para ayudarlo y no hiciera todo el trabajo él, y comencé a mover mis caderas de forma en que ambas se encontraran a mitad de camino y la nueva posición hacía de nuestros movimientos más cortos y precisos provocando que le roce fuera más intenso y que tuviera que besarlo para acallar los gemidos que cada vez –gracias a la nueva posición – eran más intensos. Lo abracé fuerte, intentando que el espacio entre nosotros fuera aún menor y apretando mi pecho contra el de él. Sabía que estaba cerca, lo podía sentir y lo mejor sería que acabáramos pronto ya que no sabíamos en qué momento todos despertarían.

Mi temperatura y pulso aumentaba a cada instante, Mack decidió abrazarse a mí adoptando una nueva postura y besándome, una postura que nos daba mas rapidez y me excitaba aún mas, hasta tal punto que empezaba a notar como la erección estaba cerca, y me agradaba la idea, ya que había que salir de allí cuanto antes, por lo menos yo, ya que quedaba poco tiempo para que empezara la actividad en la mansión. Besaba a Mack mientras seguía penetrando y ya estaba a punto, notaba ese escalofriante placer recorrer mi cuerpo, hasta que llegó el momento y noté la erección dentro de Mack, gimiendo del placer mientras mordía su labio con cierta fuerza, antes de dejarla caer sobre la cama y caer a su lado, suspirando, bastante agotado, ya que aparte de la larga y dura noche, apenas había dormido 1 o 2 horas.

Caí abatido junto a Mack, pasando mi mano por encima de su espalda y dándole un beso en la mejilla, con una leve sonrisa en mi rostro, ya que empezaba a pensar en un futuro y pequeño Lucas o una Mack, corriendo por casa, algo que me producía una gran felicidad.

- Ahora, solo queda esperar... -

Dije en un tono de voz bajo, mientras cerraba levemente los ojos, síntoma del cansancio y sueño que tenía, pero sabía que debía irme en breve, así que luchaba por no quedar dormido.

Me aferré a su cuerpo aún más al sentir como las paredes de mi vagina finalmente se contraían y el cosquilleo en mi vientre se expandía por todo mi cuerpo, había alcanzado el final con un gemido y un estremecimiento y este orgasmo tenía un nuevo significado entre nosotros. Muchas mujeres decían que podían sentir cuando realmente habían quedado embarazadas de la persona que aman, y yo no podía confirmar o negar si lo que sentí, esa ola de emoción que me embargo cuando Lucas acabó dentro de mí por primera vez, era a lo que ellas se referían. Deseaba que así fuera. Me dejé caer sobre la cama jadeando y con el cuerpo lleno de pequeñas gotas de sudor por la actividad física y por el calor que se sentía en la habitación, y cerré los ojos intentando volver a la normalidad. Sonreí de forma suave al sentir su beso en mi mejilla y me giré para quedar de lado y así poder mirarlo fijamente. ”Sí, ¿estás seguro de esto?” pregunté nerviosa mientras me apegaba a su cuerpo y nos tapaba con el cobertor, se veía cansado por lo que comencé a jugar con su cabello intentando que se quedara dormido. Miré mi habitación y las velas se habían consumido pero no estaba oscuro, lentamente comenzaba a amanecer y la tormenta seguía ahí pero ya se estaba calmando poco a poco. No quería que se marchara, no tenía por qué hacerlo mis padres no llegarían en un buen rato, incluso por la tarde y mis hermanos saldrían a hacer sus vidas normales como siempre. No importaría que solo estuviéramos durmiendo. Busqué mi ropa interior y la de él con la mirada, hasta que recordé que se encontraba en el baño. Sin querer despertarlo, pues parecía dormido, me levanté para buscar nuestras ropas. Me vestí, pero antes me quedé unos segundos parada frente al espejo, simplemente mirándome desnuda. Sonreí y volví a la habitación con sus ropas en mis brazos, suavemente lo moví para despertarlo y sentándome sobre la cama le entregué sus ropas ”Amor, vístete y sigues durmiendo. No quiero que manejes cansado” le dije mientras abría la cama y le ponía una almohada en el lado donde estaba antes, me metí y esperé a que se acostara a mi lado para cubrirnos. ”Te amo” le susurré despacio, sintiendo ya el cansancio.

Sonríe al escuchar sus palabras, aún con los ojos cerrados pero los abrí lentamente para mirarla a los suyos, que eran muy bonitos. Estaba más que seguro, siempre y cuando, ella también lo estuviera, ya que no quería que se quedará embaraza simplemente porque yo quisiera, si se quedaba embarazada, era porque quería ella también. Así que no dude ni un momento en responder.

- Claro Mack, siempre y cuando, tú también lo estés. -

Dije en un tono de voz más bien bajito, con la voz un poco ronca, como si estuviera recién despierto. Vi como Mack observaba la habitación, por lo que hice lo mismo con un leve movimiento de cuello, mas bien, buscando mi ropa para irme, ya que se podía ver a través de las ventanas, como la tormenta había parado y empezaba a amanecer, así que no era bueno. Antes de que me diera tiempo a preguntarle a Mack si recordaba donde estaba mi ropa, ella desapareció y volvió con la ropa, así que sonreí al verla y me la empecé a poner, aunque suspire al escuchar sus palabras y una vez terminé de vestirme, me rasqué los ojos con mis manos, que se me cerraban involuntariamente.

- Pero Mack, no quiero que tengas problemas.-

Dije haciendo un esfuerzo por no aparentar tener sueño. Es cierto que no quería que tuviera problemas, pero yo también los tendría si se enteraban, ya que era igual de culpable o quizás mas que ella, por haber venido a la mansión de madrugada, sin avisar y encima, estar en la habitación de Mack, que era lógico que les haría pensar que no estaba simplemente durmiendo para acompañarla, pero por otro lado, no quería preocupar a Mack, así que sin darle muchas vueltas, ladee la cabeza levemente y sonreí, porque se había salido con la suya. Me acosté a su lado, con algo de frío, ya que al pasar la excitación, mi temperatura corporal fue disminuyendo y al abrir la ventana, pues me aumentó. Me pegué a ella, pasando mi brazo por encima de su cadera y haciendo fuerzas para pegarla a mi, mientras nos tapaba y le dí un beso al escuchar sus palabras. - Yo más, te amo por encima de todo. - Le dije mientras cerraba mis ojos y me empezaba quedar dormido, por más que intentaba resistir, pero no me era nada fácil.

Entrelacé nuestras piernas intentando darnos calor mientras me encogía de hombros levemente. Nuestra relación ya era estable, y seria. Y se sabía que sólo teníamos ojos para el otro, por lo que no podían sorprenderse si nos encontraban así. No nos habíamos conocido hace poco, no. Habíamos sido amigos desde hace tiempo, debido a nuestros padres y su fuerte amistad. Y nuestra amistad, creció hasta el punto de que nos enamoráramos y decidiéramos tener un hijo, y estar comprometidos. Era algo que todo el mundo sabía que pasaría en algún momento, nosotros sólo lo habíamos adelantado unos años. ”Mis padres no están, y mis hermanos deben ir a clase. Inventaré algo como que no podía dormir y estoy cansada, lo cual es verdad pero no saben la verdadera razón. No te preocupes por eso, no pasará nada. Además, eres mi novio desde hace ¿Cuánto? ¿Tres años? Y todos saben que nos amamos, no deberían porqué enojarse o algo. No te preocupes”- murmuré con los ojos cerrados y relajándome al punto que me estaba por quedar dormida.

Pero entonces recordé sus primeras palabras ”Siempre y cuando tu lo estés”, intenté bufar pero el cansancio me lo impidió por lo que sólo con los ojos entre abiertos busqué sus labios, y lo besé suavemente sin siquiera intentar profundizarlo. ”Estoy muy segura, sólo un poco nerviosa. Pero segura, esto es lo que quiero. Quiero una familia contigo” dije con una pequeña sonrisa, el sueño me estaba venciendo y a él igual. Escuché sus últimas palabras antes de acomodarme sobre su pecho y comenzar a cerrar los ojos, agotada por todo lo que había pasado esta noche. ”Te amo, duerme tranquilo.” le di unas suaves palmaditas sobre su pecho y cerré los ojos para caer rendida ante Morfeo.